De espadas y tronos (comentarios sobre Juego de Tronos, la serie) (ii)
(Segunda entrega de esta serie de artículos, cuya primera parte podéis leer aquí.)
Aclaración previa sobre los comentarios a la traducción de Juego de Tronos:
En el anterior artículo hice varios comentarios acerca de la traducción de Juego de Tronos, en los que señalaba los errores que —a mi juicio, ojo— había cometido la traductora, Cristina Macía. Como en este artículo vuelvo a expresar mis discrepancias respecto a dicha traducción, creo adecuado aclarar lo siguiente: no es mi intención juzgar el trabajo de esta traductora por unos pocos «puntos discutibles» —de nuevo, siempre según mi entender—; antes al contrario, considero que la traducción al castellano de esta novela es excelente. Hay que comprender que todo traductor ha de tomar decisiones a la hora de afrontar su trabajo, y las toma según su criterio; es perfectamente normal disentir en la traducción de este o aquel pasaje, o en el criterio seguido al traducir vocablos o neologismos, por ejemplo.
En plata: no sería justo juzgar la labor de traducción de Cristina Macía por unos pocos pasajes; es una de esas ocasiones en las que el bosque importa más que unos pocos árboles. Pero eso no quita que haya sido interesante acudir al original para observar de cerca algún que otro árbol, por así decirlo.
Advertido esto, prosigamos:
Capítulo 2: The Kingsroad
Escena n.º 1: Forja de Aguja
Esta es la primera aparición de Aguja, la espada de Arya. Es una espada muy peculiar, cuando menos, y ciertamente podría decirse que desentona con la ambientación medieval de Poniente. Veamos cómo se describe en la novela:
La vaina era de cuero gris, muy suave y flexible. Jon extrajo muy despacio la hoja para que pudiera ver el brillo azul oscuro del acero.
—No es ningún juguete —le dijo—. Ten cuidado, no te vayas a cortar. Con un filo así puedes hasta afeitarte.
A tenor de la descripción —y del propio sobrenombre de la espada—, Aguja es una espada orientada al uso de la punta, si bien está afilada y podría usarse para asestar cuchilladas. En la serie, Aguja aparece como una espada de hoja corta, aguzada y estrecha, con una guarnición de arriaces cortos y un anillo para la protección de los dedos.
Clasificar Aguja no es tan fácil como parece. Es sin duda una espada civil, una espada ropera, en su acepción menos estricta1; la hoja es demasiado estrecha y, como ya he dicho antes, la guarnición demasiado escasa, pues la esgrima de duelo requiere mayor protección de la mano2.
Se podría aventurar, por la hoja, que Aguja viene a ser una versión temprana de un espadín, pero la guarnición, de nuevo, no encaja, y, además, el espadín es un arma mucho posterior, del s. XVIII.
Quizá podríamos asumir que Aguja es única en su especie; mas eso no cuadra con las palabras de Jon:
—[…] Es como las que utilizan los criminales en Pentos, en Myr y en otras Ciudades Libres. No basta para cortarle la cabeza a un hombre, pero si eres rápida lo puedes dejar hecho un colador.
Este párrafo es muy revelador. En primer lugar, deja claro que Aguja está hecha a semejanza de un tipo de espada concreto, y refrenda, además, que por sus características está orientada al uso preferentemente de punta.
Fue en este punto donde acudí al original. Me llevé otra sorpresa:
«So are you,” Jon told her. “I had Mikken make this special. The bravos use swords like this in Pentos and Myr and the other Free Cities. It won’t hack a man’s head off, but it can poke him full of holes if you’re fast enough.
La diferencia está en esta frase: The bravos use swords like this in Pentos and Myr and the other Free Cities. No son —necesariamente— criminales los que usan estas espadas, sino los oriundos de Braavos, una de las más Ciudades Libres más señeras. Si acudimos a la wiki de Westeros.org, podemos refrescar lo que sabemos sobre Braavos y las Ciudades Libres. Estas vienen a ser un trasunto de las repúblicas marítimas italianas (Pisa, Amalfi, Génova, Florencia, Venecia, entre otras; Braavos muy bien podría ser, en cierta forma, una Venecia con aspectos exóticos).
El gentilicio de los de Braavos es muy significativo, también: bravos, en clara referencia a los bravi3, que encarnan la figura del espadachín a sueldo fanfarrón y pendenciero4, figura de poderoso atractivo donde las haya. Por citar un referente moderno y muy ilustrativo, pensemos en el espadachín Gualterio Malatesta, personaje de la serie de novelas del Capitán Alatriste, escritas por Arturo Pérez–Reverte.
(Esta imagen concuerda sin duda con la esgrima empleada por los bravos, la danza del agua, de la cual hablaremos en próximas entregas.)
En cualquier caso, como decía anteriormente, el fallo aquí es Aguja. Una explicación sencilla para sus incongruencias podría ser que el armero de Invernalia se inspiró en lo que sabía sobre las espadas de los espadachines de Braavos, pero dotó a Aguja con una guarnición mucho más sencilla y una hoja estrecha y corta para hacerla aún más ligera. Al cabo, la espada es un regalo para una niña.
Escena n.º 2: Arya y Mycah
Veo ceños fruncidos. He oído algún que otro bufido. Y no puedo culparos. Criticar esta escena parece una coña; en parte, lo es. Pero me gustaría que la recordaseis: me servirá para ilustrar los comentarios de las siguientes escenas. Si podéis, echarle un ojo de nuevo. Arya y el hijo del carnicero luchan con palos remedando espadas. ¿Quién no los ha imitado alguna vez cuando era pequeño? Se golpean por turnos, buscando la vara del contrario. Tap, tap, tap. Es normal. Son niños. Están jugando: no quieren hacerse daño, solo divertirse.
¿Cuál es el problema, entonces? Con esta escena, ninguno; pero que en las escenas de combate serias ocurra algo similar resulta, cuando menos, decepcionante. Aunque de eso hablaremos muy pronto.
Hasta entonces.
© de las imágenes de la serie Juego de Tronos: HBO.
(Sigue en la tercera parte.)
- El término ropera designa en sentido amplio una espada de uso civil, de vestir y duelo, con diferentes morfologías, entre el s. XVI y finales del XVII. [↩]
- Hay varios motivos. Para empezar, los civiles no llevaban armadura que les cubriera las manos; las acciones de punta comienzan a abundar, con lo que se necesitan cada vez más guarniciones que protejan con mayor eficacia la mano del que esgrime y, a su vez, para ejecutar con más control tales acciones es preciso colocar el dedo índice y corazón sobre la hoja, por encima del arriaz. [↩]
- En español hay varios términos similares, como el bravote, bravonel o bravucón, por ejemplo, algunos de ellos pertenecientes a la germanía, el habla de maleantes y pillos. [↩]
- Cuya fama se debe en buena parte por la novela del s. XIX Los novios, de Alessandro Manzoni [↩]