Sobre la organización de una novela (Planificación literaria, ii)
En Mapa o brújula (Planificación literaria, i) inicié lo que pretendo sea un esbozo de cómo planificar y organizar un proyecto literario de cierta entidad, una novela, si se quiere.
El propósito es doble: uno, ayudar a los que, como yo, le dan la debida importancia a la planificación de una historia y tienen curiosidad de ver cómo otros la llevan a cabo; y dos, reflexionar acerca de cómo afronto dicho proceso mediante la descripción del mismo.
Sin embargo, cuando estaba preparando dicho artículo, pensé que era mejor comenzar por unas consideraciones sucintas acerca de cómo se debería organizar la información en una novela (a mi entender, por supuesto). Al cabo, es inútil intentar una planificación seria si no se tiene un sistema, por rudimentario que sea, para controlar la información generada durante dicha planificación.
Pero basta de cháchara. A ello, pues.
De cómo clasificar la información de una novela
Utilizo cuatro categorías para clasificar toda la posible información de la historia (esto es, desde mapas y archivos de texto a una nota garrapateada en la servilleta de un bar).
Estas cuatro categorías son las siguientes (entre paréntesis, las abreviaturas que utilizo):
1.) Trasfondo (TRF):
La información de trasfondo abarca todas las notas sobre el marco de nuestra historia. Esto es vital en una historia que transcurre en un entorno fantástico, desde una novela de space-opera a una de fantasía épica. Por ejemplo: qué lenguajes se hablan en el mundo, cómo se mide el tiempo, qué grupos culturales existen, el nivel tecnológico de las culturas, etcétera.
Insisto: esta información es especialmente importante en el caso de historias fantásticas o con marcos narrativos que no nos sean familiares. Una historia de fantasía épica o de ciencia ficción, o una trama histórica, tienen necesidad de mayor número de registros que una historia que transcurra en un entorno actual y, por tanto, familiar para la mayoría de nosotros.
En una novela fuera del género fantástico, por ejemplo una trama policíaca sobre un cartel de drogas, podría ser información sobre métodos policiales, armas de fuego, drogas, organizaciones criminales… No hay que confundir esta categoría con la última: aquí se incluyen las notas que uno mismo produce.
2.) Argumento (ARG):
La información del argumento habla de la trama en sí, en concreto sobre los personajes, sus interrelaciones y el desarrollo de los acontecimientos por los que se ven afectados.
Para saber de forma inequívoca si la información pertenece al apartado de argumento o trasfondo, una regla sencilla: una misma información de trasfondo debería servir para historias de argumentos diferentes; y haciendo la viceversa, la información del argumento es única para una historia[1].
3.) Documentación (DOC):
Aquí se incluye toda la documentación externa (recabada de fuentes ajenas) recabada ad hoc para la novela. Desde citas de libros, artículos de enciclopedias, vídeos, fotos… lo que sea.
4.) Textos (TEX):
Este es el último, y más importante, de los apartados: la historia puesta en palabras. La novela, el relato o cuento en sí. Dentro de este apartado hay una clasificación obvia: los textos acabados y los inacabados, o fragmentos.
De los primeros poco cabe decir. De los segundos, los fragmentos, son las semillas de nuevos capítulos e, incluso, futuras historias, así que aconsejo no tirar nunca nada de lo que escribamos o descartemos en el proceso de revisión.
De los documentos
Para registrar todo este flujo de información considero imprescindibles los siguientes documentos para las categorías anteriores.
Con respecto a la información del argumento, estos son los documentos más importantes:
El dramatis personae (la relación de personajes):
Un dramatis personae recoge el elenco de los personajes, y puede ser algo tan sencillo como una tabla de dos columnas con una entrada y una salida (Personaje, Datos). Ejemplo:
Personaje | Datos |
Juan | El panadero del barrio. Viudo. Tiene una hija, Laura, que vive con él. |
Pepe | El marido de Pepa y protagonista de la historia. |
Pepa | La mujer de Pepe. Guapa y dicharachera. |
Laura | La hija de Juan. Casquivana y alocada. Está en último curso de bachillerato. |
Por supuesto, se pueden hacer tablas mucho complejas según sea necesario; por ejemplo, notas descriptivas o fechas de nacimiento. Puede que elaborar un dramatis personae no parezca importante en un cuento de 3.000 palabras; y lo más probable es que no lo sea. Pero en una novela de 300.000, sí. Salvo que tengáis una memoria prodigiosa, claro.
Fichas de personaje: [Opcional]
Además del dramatis personae recomiendo usar fichas de personaje, aunque solo para los personajes más relevantes de una trama. Utilizo una ficha muy sencilla de cuatro apartados, tal como esta: Ficha de personaje (Google Doc).
He usado fichas más elaboradas, en las que venían tabuladas las características principales de cada personaje, de forma parecida que en un juego de rol, pero lo veo innecesariamente complicado.
Estas fichas de personaje deberían ir recogiendo los datos biográficos más importantes de cada personaje de relevancia en nuestra historia, así que tendremos que actualizarlas cada cierto tiempo.
El esbozo: la relación de capítulos:
De igual forma que la anterior, lo mínimo es una relación de capítulos o escenas en las que se divide la historia, con una serie de palabras clave que nos orienten. Ejemplo:
Capítulo | Fecha | Sinopsis |
1 | 15 de marzo | Inicio de la historia. Fulano, emisario del reino de Irtyr, visita la corte de Bezala y queda prendado de la hija del rey. |
2 | 16 de marzo | Mengano y Zutano se reúnen para conjurar contra el rey de Bezala. |
3 | 17 de marzo | Fulano rapta a la hija del rey. |
– | 18 de marzo | El rey de Bezara es asesinado. |
Naturalmente, es posible ampliar este esbozo con más columnas y datos que nos faciliten estructurar la historia. Por ejemplo, incluir localizaciones, el punto de vista elegido, la hora del día, etcétera. Ejemplo:
Capítulo | Fecha | Lugar | Punto de vista | Sinopsis |
1 | 15 de marzo | Palacio del rey de Bezara | Fulano | Inicio de la historia. Fulano, emisario del reino de Irtyr, visita la corte de Bezala y queda prendado de la hija del rey. |
2 | 16 de marzo | Palacio de Mengano | Mengano | Mengano y Zutano se reúnen para conjurar contra el rey de Bezala. |
3 | 17 de marzo | Varios | Fulano | Fulano rapta a la hija del rey. |
– | 18 de marzo | Palacio del rey de Bezara | – | El rey de Bezara es asesinado. |
Como algunos de vosotros habéis apreciado, la cuarta fila no tiene asignado un número de capítulo, sino un guión; con esto se indican hechos que no están narrados explícitamente, pero de los cuales se quiere dejar constancia de cuándo ocurrieron, con objeto de ver mejor el desarrollo de la trama.
Con respecto al trasfondo, hay cuatro documentos básicos:
Cronologías: es la forma más útil de registrar la sucesión de hechos en el tiempo que forman parte del marco de nuestra historia. De igual forma, una sencilla tabla de dos columnas (cuándo y qué) nos servirá.
Ejemplo:
Cuándo | Qué |
Año 700 | El rey de Irtyr declara la guerra al reino vecino de Bezala. |
Año 702 | Irtyr y Bezala llegan a un armisticio tras una guerra larga y sangrienta. |
Año 711 | El rey de Irtyr muere de una apoplejía, sin herederos al trono reconocidos. |
Año 712 | Bezala aprovecha el caos político de Irtyr para invadir sus provincias exteriores. |
Año 713 | Un bastardo del rey de Irtyr se alza como candidato al trono. |
Mapas y planos: No todas las historias los necesitan. Pero en cualquier caso, si la tuya lo necesita, bastará con conservar los mapas y planos de los lugares en los que se desarrolla tu historia, aunque sean simples bocetos a lápiz. Podéis encontrar artículos sobre cartografía en esta misma bitácora aquí.
Glosarios: en historias complejas, los recomiendo encarecidamente. Como en anteriores ocasiones, una tabla a dos columnas bastará. Podemos recoger glosarios de nuestra creación (neologismos), topónimos, gentilicios… lo que necesitemos.
En mi caso, prefiero hacer los glosarios en una hoja de cálculo antes que un documento de texto, para poder filtrarlos si es preciso de forma rápida.
Informes: aunque “informe” suena algo rimbombante, me refiero a cualquier tipo de anotación textual sobre un asunto o tema.
Personalmente encuentro muy útil una clasificación mediante etiquetas para estos informes, tal que esta:
- MIT (Mitología): Mitos, religiones, cosmologías y asuntos ultraterrenos.
- SOC (Sociedad): todo lo relativo a los aspectos de una sociedad: estratos sociales, ritos funerarios, costumbres, etcétera.
- TEC (Tecnología): Detalles sobre la tecnología del mundo; desde técnicas de forja de metales a notas sobre cómo se construyen edificios
- HIS (Historia): Informes sobre hechos históricos del mundo.
- LIN (Lingüística): sobre los lenguajes y peculiaridades lingüísticas del mundo.
- DES (Descripción): cualquier informe que detalle lugares y localizaciones (ciudades, pueblos, edificios, etcétera).
- MIS (Miscelánea): Para lo que no cuadre en otra categoría.
Y para terminar…
Este método de organización no es sólo para la planificación inicial. Sirve también para controlar el desarrollo de una novela y facilitar las revisiones posteriores. Si a medida que vamos escribiendo la historia registramos qué personajes intervienen, los hechos principales de la trama, los detalles de trasfondo, etcétera, más adelante no nos costará demasiado revisar que todo concuerde.
Imaginad una historia con más de cien personajes, salpicada de detalles descriptivos y peculiaridades idiolécticas de cada uno. Si hemos apuntado todo eso en un dramatis personae (Fulano, el amigo de Mengano, es feo, pelirrojo y suelta muchos tacos), será fácil detectar que en el penúltimo capítulo lo hemos descrito como resultón y moreno… o quizás caer en la cuenta de que hemos olvidado al hijo que mencionó con mucho afecto en un capítulo intermedio.
[1] Si bien es posible que el argumento de una trama sea parte del trasfondo de otra.