Liebster Award (!)

De bien nacido es ser agradecido, así que gracias a Megumi, autora del blog Universos imaginados, por proponerme para un Liebster Award. Si, como yo, no tenían mucha idea de qué van estos premios, pueden pasarse por su página, o leer mi ―perezosa pero concisa― descripción: en esencia, son premios que se otorgan entre sí los autores de blogs pequeños (ouch), con el objeto de iniciar y mantener una cadena: para ganar un Liebster Award has de proponer, a su vez, a otros blogs, para que estos propongan a su vez a otros, y así ad infinitum.

Bueno. Según las reglas, para ganar mi Liebster Award he de responder a las once preguntas planteadas por Megumi. Vamos a ello:

1. ¿Por qué decidiste hacer un blog?

Respuesta corta:

Me aburría. Mucho. Y parecía una forma como otra cualquiera de malgastar ocupar alguna que otra hora muerta. (Lástima que no resuciten… me harían falta unas cuantas de esas horas muertas ahora).

Respuesta larga:

Allá por 2010 estaba en un momento de «crisis literaria» y a punto de mandarlo todo al traste tras un parón de casi dos años por motivos varios que no referiré aquí, al menos hoy.

Quería hacer algo, pero no sabía muy bien qué. Y al poco me dije, ¿por qué no comienzo un blog y publico en él mis viejos relatos, algunos nuevos (pocos) y mis idas de pinza? Y de paso, me hago una plataforma de autor, de esas 2.0., por si termino siendo un autor de los que publican y todo.

Dicho y hecho.

2. ¿Cada cuánto escribes?, ¿Por qué?

Cuando tengo un proyecto entre manos procuro escribir a diario, al menos 2 k palabras1.

Pero lo cierto es que ahora mismo no escribo muy a menudo. En realidad, salvo los artículos de este blog, no estoy escribiendo nada, mea culpa. Ya tengo de sobra con reescribir Sombras y Ceniza. (Sí, aún).

3. ¿Cuál es uno de los libros que más te ha gustado?

En la pregunta no se especifica si ha de ser una lectura reciente o si he de remitirme a toda mi vida como lector, pero no me haré de rogar y responderé a ambas preguntas:

Como lectura reciente, 1984, de Orwell, que me resultó fascinante por momentos. Una distopía que, más de 60 años después de su publicación, cada vez está más vigente.

Pero si he de elegir un libro de entre todos los que he leído, sin dudas me quedaría con La historia interminable, de Ende. Creo que lo habré leído seis o siete veces, como mínimo.

4. ¿Cuál es un autor al que admires o que te resulte interesante?

Elegir un solo autor entre todos los que admiro o considero interesantes es difícil. Pero vamos allá: Gabriel García Márquez. Solo por novelas como Cien años de soledad o El amor en los tiempos del cólera y cuentos como Crónica de una muerte anunciada, el colombiano merece cualquier elogio que pueda imaginar.

5. ¿Qué se te dificulta más a la hora de escribir?

Romper el mutismo de la página en blanco. Una vez comienzo a poner por escrito mis ideas y las palabras fluyen, todo es mucho más sencillo.

6. ¿Qué se te facilita más a la hora de escribir?

Planificar, aunque sea a grandes rasgos, lo que voy a escribir: si es una escena, me hago las preguntas básicas (qué; quién; dónde; por qué; cuándo); si es un artículo, organizo las ideas que quiero plasmar de forma sucinta. Últimamente empleo bosquejos empleando el programa Scapple.

También me ayuda escribir de forma desordenada, no lineal, a retazos; de esta forma, evito que se detenga el flujo de escritura. Esto me es especialmente útil cuando hay partes de una escena ―o escenas enteras― que no acabo de ver. En ese caso, salto directamente a la parte que sí «veo»; luego, por así decirlo, solo tengo que unir los puntos.

Y una pequeña confesión: me facilita mucho escribir a mano, a la vieja usanza. Sobre papel, vamos. Solo escribo a mano narrativa, y no muy a menudo; pero me ayuda a soltarme, a desconectar el lado crítico de mi cerebro. Y, también, a dejar de lado por un rato el ordenador e Internet.

7. En una historia qué trabajas más: ¿Los personajes, el mundo o el argumento?, ¿Por qué?

Diría que trato de trabajarlos todos por igual, pero mentiría. Supongo que trabajo más el argumento, después los personajes y, por último, el mundo. ¿Por qué el argumento en primer lugar? Supongo porque mi naturaleza maniática necesita orden y trabazón en una historia, y una trama elaborada y sólida ofrece eso. Los personajes pueden trabajarse más o menos, pero creo que, de alguna forma, los llevamos dentro. Son distintos registros de nosotros mismos, al cabo.

Y en cuanto al mundo, me di cuenta hace tiempo que intentar crear un mundo completamente ficticio es una tarea titánica y, en el fondo, absurda. No quiero crear mundos, sino trasfondos interesantes al servicio de la historia que estoy contando. No quiero decir que no haya que hacer worldbuilding, como dicen los gringos; pero sí afirmo que debe ser un medio, y no un fin, salvo que te apellides Tolkien y fumes en pipa. Y te sobre mucho, muchísimo tiempo.

8. ¿Algún consejo para los que quieran escribir el borrador completo de una novela?

Sí. Y a falta de uno, cuatro.

Que lean mucho, y no solo a autores anglosajones. Y que procuren escribir algo autoconclusivo y de extensión media, a ser posible. Mejor terminar una novela modesta que dejar en la segunda parte la novela–río definitiva «a la G. R. R. Martin».

Que planifiquen la historia antes de liarse la manta a la cabeza. Hay muchas formas de planificar una historia. No todas son tan aparatosas y complejas como podría parecer. Métodos como el copo de nieve o el de Barack Goldman, o el método para escribir un treatment propuesto por Syd Field en su libro Screenplay2 no son en absoluto complejos y pueden facilitar mucho la tarea de escribir.

Que aprendan los entresijos de la principal herramienta de su oficio: el lenguaje.

Y que no hagan caso de estos consejos. Nadie escarmienta en cabeza ajena.

9. Como lector/a, ¿qué es lo que ha de tener sí o sí una buena historia para que te atrape?

Buena pregunta. No había pensado en ello. Y no sabría muy bien qué responder. Hay historias en las que los personajes no son especialmente interesantes o atractivos, y sin embargo acaban atrapándote por los acontecimientos que se desarrollan en ellas. Y otras, en cambio, presentan historias sencillas, pero vividas por gente excepcional.

Pero si tuviera que señalar la conditio sine qua non para que una historia me atrape, es que consiga suspender mi incredulidad. Que consiga que la historia cobre vida en mi cabeza. ¿Cómo? Si lo supiera, no estaría escribiendo esto, por descontado.

10. ¿Usarías el “crowfunding” para publicar”?, ¿Por qué?

Creo que no. Hacerlo requeriría una campaña de promoción en la red (y redes sociales), algo que está más allá del alcance de mis energías.

11. ¿Cómo ves el panorama de la autopublicación digital versus la publicación tradicional en físico por editoriales?

De forma breve, lo veo trabado y espinoso. Por decir algo.

Allá por los comienzos de este blog ya expuse mi opinión al respecto en varias entradas; y a grandes rasgos, mi opinión no ha cambiado demasiado…

Ahora bien, en cuanto a los detalles… bueno, son peliagudos. Sobre la crisis del sector editorial, no creo que las editoriales de la publicación tradicional tengan los días contados. Lo que tiene los días contados es su enfoque absurdo de ver en Internet un enemigo, antes que un aliado.

Eso cambiará, sí o sí. Al cabo no tendrán más remedio que evolucionar o morir. Pero seamos francos: siempre querremos que haya clases, marchamos, distintivos. Y sí, se publican muchos libros malos que han «pasado por la puerta»… pero de ahí a justificar que los «guardianes» de esas puertas vayan a desaparecer, media un abismo.

En cuanto a la autopublicación digital en sí, sigo admirándome de sus enormes posibilidades y ventajas. La posibilidad de que tu obra pueda distribuirse sin esfuerzo y mediante costes mínimos a prácticamente todo el mundo roza el portento.

Pero hay muchas cosas que no me gustan nada.

No hace mucho, gracias a un amigo, he podido constatar las sombras que se ciernen sobre la principal plataforma de autoedición (Amazon, por si hay alguna duda, y en especial Amazon.es, la división española), y cuando menos no he podido evitar torcer el gesto ante lo que me ha contado y lo que he podido comprobar yo mismo.

Como el paradigma de autor como comercial de sí mismo, que no me gusta nada, sobre todo cuando se traduce en un discurso cansino por todas las plataformas posibles (alerta: ¡spam, spam, spam!); o ver cómo obras con muy bajo nivel formal (dicho en plata: escritas con el mismo culo) aparecen en la lista de los más vendidos, sobre todo en la literatura de género; o la peliaguda sospecha de que es posible manipular el top de Amazon mediante estrategias infantiles, como la autocompra o las reseñas falsas.

Claro está que es injusto identificar de forma exclusiva a Amazon con la autopublicación digital. Pero, por desgracia, es una sinécdoque más que justificada.

Como lo está en muchísimos casos, aunque duela, el estigma que pesa sobre ella. No dejo de leer que esto está cambiando, y que la gente va rompiendo los viejos esquemas poco a poco. Es un alivio. Pero para que el estigma de la autoedición desaparezca, las obras autopublicadas deberían tener mayor calidad.
En el caso de la literatura de género, el estigma es doble. Y de nuevo, más que justificado en la mayoría de casos.
No obstante, hay curiosas excepciones.
Un ejemplo: ¿por qué no hay obras autoeditadas entre las candidatas al Ignotus, salvo, como excepción, las de autores «dentro del fandom»?

Propón a 5, 11 o 20 blogs:

Opto por proponer3 a cinco blogs; más que nada, porque el 90 % de los blogs que sigo son en inglés, he de confesarlo.

Empero, eso no quita que los cinco blogs que he elegido no lo merezcan. Lo merecen. De veras.

  1. La isla fronteriza.
  2. Héctor Gómez Herrero.
  3. Ana Katzen.
  4. C.
  5. Sagacómic.

Y mis once preguntas a los cinco:

1. ¿Qué te anima a continuar con tu blog?

2. ¿Cada cuánto tiempo miras las estadísticas de tu blog?

3. ¿Ha acabado Facebook con la blogosfera?

4. ¿Echas de menos los mentideros de la era pre–Facebook? (Listas de correo, foros, etcétera).

5. ¿Cuántos amigos tienes en Facebook? ¿Los conoces a todos? ¿En serio? ¿Has dicho la verdad?

6. En cuanto al género fantástico, ¿crees que llegará la normalización que siempre se anuncia pero no acaba de llegar?

7. ¿Te has arrepentido de haber escrito alguna de las entradas de tu blog?

8. ¿Escribes en tu blog según te viene, o sigues un plan para dominar la blogosfera y luego el mundo?

9. ¿Cuántos blogs tienes en tu lector de feeds?

10. ¿Es un blog una buena forma de montarse una «plataforma de autor»?

11. ¿Qué deberías estar haciendo en vez de leer esto?

Hecho.

  1. Cuento la extensión de un texto en millares de palabras; y sí, uso el símbolo del prefijo kilo porque mola. []
  2. Sí, son métodos para la escritura de guiones de cine, pero pueden funcionar muy bien para la narrativa []
  3. Lo siento, eso de nominar, por mucho que la RAE se bajara los pantalones en la vigésimosegunda edición de su diccionario, me sigue dando mucho repelús []